
Hay muchos factores que hacen que estos juegos de escape sean tan populares y que las personas que los han probado repitan, una y otra vez.
En primer lugar, al contrario que los videojuegos, este juego se realiza en vivo, es decir, que eres tú, en carne y hueso, el que se enfrenta a los retos, los misterios, los sustos…. por lo que la sensación de peligro es más real. Esto estimula la segregación de adrenalina en nuestro organismo de forma instintiva, lo cual nos hace estar más atentos y eufóricos. Al mismo tiempo todos nuestros sentidos están alerta y desarrollamos capacidades que normalmente no usamos.
Por otro lado, cuando nos enfrentamos a retos, rompecabezas y puzzles desconocidos avivamos nuestra imaginación y el pensamiento racional, reforzamos nuestra memoria para aprender de ellos y aumentar nuestros conocimientos y habilidades. Por tanto, ayudamos a nuestro cerebro a mantenerse joven y en forma.
Y, al contrario de lo que pudiera parecer, los escape room también fomentan el ejercicio físico ya que, pese a que los puzzles son principalmente mentales, no es una actividad sedentaria y, a menudo, los juegos de escape nos requieren algún tipo de esfuerzo o habilidad corporal, pero tampoco puedes quedarte sentado.